24 dic 2010

Christmas Carol

“-¡Felices Pascuas, Bob! -dijo Scrooge, con una vehemencia que no admitía duda y abrazándole al mismo tiempo-. Tantas más felices Pascuas os deseo, Bob, querido muchacho, cuanto que he dejado de felicitaros tantos años. Voy a aumentaros el sueldo y a esforzarme por ayudaros a sostener a vuestra familia: y esta misma tarde discutiremos nuestros asuntos ante un tazón de ponche humeante, Bob. ¡Encended las dos lumbres: id a comprar otro cubo para el carbón antes de poner un punto sobre una i, Bob Cratchit!

Scrooge hizo más de lo que había dicho. Hizo todo e infinitamente más: y respecto de Tíny Tim, que no murió, fue para él un segundo padre. Se hizo tan buen amigo. Tan buen maestro y tan buen hombre, como el mejor ciudadano de una ciudad, de una población o de una aldea del bueno y viejo mundo. Algunos se rieron al verle cambiado; pero él les dejó reír y no se preocupó, pues era lo bastante juicioso para saber que nunca sucedió nada bueno en este planeta que no empezara por hacer reír a algunos: y comprendiendo que aquéllos estaban ciegos, pensó que tanto vale que arruguen los ojos a fuerza de reír, como que la enfermedad se manifiesta en forma menos atractiva. Su propio corazón reía, y con eso tenía bastante.

No volvió a tener trato con los aparecidos, pero en adelante tuvo mucho más con los amigos y con la familia, y siempre se dijo que, si algún hombre poseía la sabiduría de celebrar respetuosamente la fiesta de Navidad, ese hombre era Scrooge.

¡Ojalá se diga con verdad lo mismo de nosotros, de todos nosotros!¡Dios nos bendiga a todos!  FIN”

Otra navidad más terminaba de leer el maravilloso relato de Cuento de Navidad de Charles Dickens. Esto me ayudaba a entender mejor la navidad, que era y por qué era. El relato de Scrooge y los espectros de la Navidad Pasada, la Navidad Presente y la Navidad Futura hacían que intentase ser menos como el Sr Scrooge del principio, y más como el Sr Scrooge del final. Tome un trago de chocolate caliente y levante la vista

-¡Ya son las 12:00! ¡Me tengo que dar prisa si quiero hacer todo lo que tengo planeado para hoy!- le dije a mi esposa. Apuré mi taza de chocolate caliente y me despedí de ella con un beso. Cogí mi bufanda y mi abrigo, y cogí el coche para realizar las compras navideñas.

Todo era tan hermoso y blanco. Las luces navideñas alumbraban mi camino y el rastro de las quitanieves era el que yo seguía. No entendía como había gente a la que no le podía gustar esta época tan maravillosa.

De repente pisé el freno de forma brusca. Ensimismado en mis pensamientos no me había dado cuenta de que el semáforo estaba en rojo y una amable anciana estaba cruzando la acera. Me apresuré a disculparme con un gesto y a sonreírle.

Reanude la marcha en cuanto el semáforo se hubo puesto en verde. Seguía observando lo que ocurría a mi alrededor. Vi a dos niños tirarse bolas de nieve delante de lo que parecía una casa abandonada. Sonreí al ver que no era el único que disfrutaba la navidad.

Llegué al centro comercial, y todo estaba abarrotado. Puede que eso fuese lo que menos me gustase de la Navidad, ya que al igual que el Grinch, yo al final sabía que la navidad no está en una tienda, ni son únicamente regalos. Pero aún entre ese tumulto de personas, veía caras sonrientes, se podía respirar el Espíritu de la Navidad.

Al terminar mis compras de navidad, cogí el coche y me dispuse a volver a mi hogar. Había salido de casa hacía una hora, pero ya echaba de menos a mi mujer y mis dos pequeñas. Me fijé en un hombre con un fino abrigo con una o dos bolsas que se dirigía a una casa, la suya supuse.

“No soy el único que vuelve de compras” Pensé mientras me sonreía.

Al fin llegué a casa. Aparqué y entre por la puerta:

-¡Papá!- gritaron mis hijas al verme entrar.

- Hola princesas- les dije mientras las besaba.

-¡Mañana es Nochebuena!

- Sí, lo sé- les dije mientras les sonreía. Las volví a besar- Pero mamá y yo tenemos que prepararlo todo para mañana, y si no os portáis bien Papá Noel no os dejará nada.

-Pero papá, si nosotras siempre nos portamos bien- me dijeron con una inocente sonrisa.

-Es verdad princesas, tenéis razón. Y por eso Papá Noel me ha dado esto para vosotras como regalo adelantado- dije a la vez que sacaba dos chocolatinas del bolsillo y se las daba mientras veía como sus ojos brillaban de la ilusión. Su felicidad era el mejor regalo que me podían dar por Navidad.

*********

Tras un día agotador me dispuse a acostar para descansar un poco y prepararme para el ajetreado día que nos esperaba mañana.

De repente, sentí como si alguien me llamase. Abrí los ojos y vi a los pies de la cama, un hombre de pie. Me levanté sobresaltado

-¡¿Quién eres tú?!- dije prácticamente gritando. Pero por extraño que parezca mi esposa ni se inmuto, como si yo no hubiese dicho nada

-  No te puede oír, no escatimes esfuerzos en hacer algo imposible- confundido sacudí mi cabeza e intenté centrarme

- Dime ahora mismo quien eres y que haces aquí. Si no te vas en 5 min llamaré a la policía.

- Tranquilo Efraín, no voy a hacerte daño, ni siquiera puedo…

- ¿Cómo sabes mi nombre? ¡¿QUIÉN NARICES ERES?!

- Soy el Espíritu de la Navidad- aún siendo totalmente consciente de la gravedad de la situación no pude contener una carcajada

- ¡Sí ya! JAJAJAJA ¿De la pasada, presente o futura? JAJAJAJA- de repente la expresión de su cara cambió, tornándose seria. Dio dos pasos hacia mí y me agarró de la camisa

- Efraín Pérez Delgado, esto no es una broma- de repente me había quedado petrificado. Debería estar asustado, y aunque su expresión era seria, su mirada trasmitía amor, y su voz calma. Hizo que me relajase de una forma extraordinaria-  ¿Me vas a escuchar?

- Vale- dije aún sorprendido.

- Bien, como ya te he dicho, soy el Espíritu de la Navidad. No, no soy ningún espectro, ni del pasado, ni del presente ni del futuro. Yo soy un espíritu, el Espíritu de la Navidad…

- Pero- dije interrumpiéndole- yo no soy egoísta como el Sr Scrooge

-… y estoy aquí para enseñarte lo que significa realmente la navidad- siguió como si yo no hubiese dicho nada

- Pero yo ya sé lo que es la Navidad, sé que no son solo regalos, sé que es compartir y todo eso.

- Bien… entonces si lo sabes… Vayamos hasta hace 15 h, cuando fuiste a hacer las compras.
De repente me vi en la calle, a las diez de la mañana. Vi un paso de peatones y una ancianita que se disponía a cruzar. También vi un coche acercarse a toda velocidad hacia el paso de peatones. Era yo conduciendo, que no me había dado cuenta de que el semáforo estaba en rojo. Vi como frenaba bruscamente, me disculpaba y le sonreía y continuaba mi marcha.

-¿Para qué estamos aquí?- le pregunté al Espíritu de la Navidad

- Fíjate en la anciana.- me dijo- Cuando la viste en el coche, ibas tan ensimismado en tus pensamientos, que no fuiste capaz de reconocer como se encontraba ella.

Entonces me fijé en la expresión de la anciana, y la seguí. Su expresión era triste, cansada. Tras caminar tras ella unos diez minutos, llegamos a lo que parecía su casa. Era una casa pequeña, bastante vieja. Ella entró y me limité a observar por la ventana lo que sucedía dentro. Observé cómo le ponía leña a una pequeña chimenea y se dirigía a una cama en la que había alguien acostado. Lo destapó un poco, y pude ver que se trataba de un hombre bastante mayor, quizás su marido, del que la anciana estaba cuidando, aunque su estado de salud tampoco era el mejor. La anciana abrió la despensa, saco una botella de leche, dejando solo un par de latas, y la sirvió en un caldero que puso a calentar al fuego.

-Está gente necesita atención medica, y no tienen los recursos para pagar medicamentos. ¡Con este frío, ese hombre morirá en un par de días!- le dije al Espíritu mientras me disponía a entrar en la casa

- No- se limitó a decir, justo en el momento que ponía la mano en el picaporte.

El picaporte y todo lo que estaba a mi alrededor desapareció, y aparecí otra vez al lado de mi coche. Esta vez estaba mirando a los niños que había descubierto jugando delante de la casa abandonada

-¿Qué has hecho? Ese hombre necesita mi ayuda, puede que muera, y todo porque a ti te apetece jugar con el espacio-tiempo- le dije al espíritu a la misma vez que me volteaba para mirarlo, pero no estaba.

-Perfecto, ahora tengo que descubrir que he hecho mal, mientras un hombre se muere…

Resignado me acerqué a la casa abandonada y me apoyé sobre la pared, de cara a los niños mientras estos jugaban felices. De repente, alguien abrió la puerta de la casa.

-Niños, vamos  a casa- dijo una mujer. Era joven y su cara parecía feliz, pero ocultaba gran dolor.

- Vale mamá, ya vamos.- los niños abandonaron el juego y entraron en la casa.

Entonces me di cuenta de que la casa no estaba abandonada ni mucho menos. Era el hogar de una familia, que no tenía recursos para permitirse una vivienda digna. Posiblemente no tendrían dinero ni para comer. Mi corazón compungido quiso ayudar a esa familia, pero no sabía cómo. Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas, cuando sentí una mano cálida en el hombro.

-Efraín vamos…- me dijo el Espíritu mientras se volvía a desvanecer todo lo que me rodeaba.

Aparecí frente a aquel hombre que volvía a su casa tras las compras. Pero ahora que lo observada detenidamente, aún con el corazón compungido, me daba cuenta de que las bolsas no eran bolsas con compras ni regalos. Las bolsas contenían lo que parecía ser las únicas pertenencias de aquél hombre. Siguió caminando hacia la puerta de su casa. Y tocó al timbre. Le abrieron la puerta y se la volvieron a cerrar. 

Entonces se dirigió a la siguiente casa, y a la siguiente,  repitiéndose el mismo proceso. Ese hombre no volvía de compras. Ese hombre no iba a su casa. Ese hombre no tenía casa. Mis ojos se llenaron de lágrimas y caí de rodillas al suelo, como si yo mismo fuese el que estaba mendigando. Podía sentir el dolor de aquél hombre. Lo seguí impotente, hasta que el hombre se paró y se acostó en un banco, cubriéndose del frío con ese fino abrigo suyo.

-Espíritu…- dije con la voz ahogada en lágrimas- déjame volver a mi casa

- ¿Para qué quieres volver a tú casa?

- Porque así no puedo ayudarles. A mí me va todo tan bien que extrapole mis sentimientos al resto del mundo. No me paré a mirar a mí alrededor lo que sucede. Quizás no pueda ayudar a todo el mundo, pero si puedo ayudar a estas tres personas… Por favor- dije con lágrimas en los ojos- déjame ayudarlos.

-Efraín, tu nunca has sido una mala persona, pero tampoco te paraste a mirar lo que pasaba a tu alrededor. Lo que yo hice estuvo mal, pero lo que tú has hecho también. Pero olvídate de ello. Lo pasado, pasado está, lo único que puedes hacer es vivir conforme a lo que has aprendido esta noche… A mí me tuvieron que ayudar tres espectros… a ti solo te he tenido que ayudar yo. Esos tres espíritus ayudaron a tener una mejor navidad desde entonces. Ahora, gracias a ti, las navidades serán mejores

- Espera un momento… tú eres…. Tú eres…- me quedé anonadado.

-Sí Efraín, soy Ebenezer Scrooge. Has leído mi relato innumerables veces. Escribí mi propio relato, bajo el nombre de Charles Dickens, porque no quería que la gente cállese en el mismo error que yo caí. Y te he escogido a ti, porque sientes el espíritu de la navidad dentro de ti, sabes apreciarlo. Pero muchos no. Haz que ese sentimiento vayan a todas las personas, y entonces notaras como el espíritu de la navidad invade tu ser.

De repente desperté de golpe. Y tal como me aconsejó Ebenezer, fui a aquellas personas y las ayude en todo lo que pude. Porque ellos también se merecían sentir unas Felices Navidades

Efraín nunca olvido la lección de Ebenezer.  Esa navidad fue la mejor que pasó, dado que sintió el espíritu de la Navidad como nunca, al compartir con aquella gente. Y la navidad acabó. Y mientras el espíritu de la Navidad se alejaba del corazón de las personas, en Efraín seguía tan vivo y cálido como el primer día de Navidad. Y así fue hasta el día en que murió.
Tal como versaría el propio Scrooge en su relato, Efraín No volvió a tener trato con los aparecidos, pero en adelante tuvo mucho más con los amigos y con la familia, y siempre se dijo que, si algún hombre poseía la sabiduría de celebrar respetuosamente la fiesta de Navidad, ese hombre era Efraín
¡Ojalá se diga con verdad lo mismo de nosotros, de todos nosotros!¡Dios nos bendiga a todos!

FIN





13 dic 2010

Special Day

13 de Diciembre…. Para algunos esta fecha les sería indiferente, a otros el número 13 les causaría aversión, puede que miedo a los más escépticos… Pero para cierto grupo de personas, en el que me incluyo tiene un significado especial.

Aunque no sé ni donde, ni como, ni la hora exacta… Solo sé que hace 18 años ocurrió algo qué influiría tarde o temprano en la vida en muchas personas…Hace 18 años nació una niña… Esa niña ahora es una mujer. Es una mujer de pelo liso y ojos oscuros, estudia en la universidad y toca el violín… Puede que la descripción sea paupérrima… Pero tampoco se mucho sobre ella…

El mundo diría que no hay nada excepcional en ella, que no es más que una chica normal… ¡Burda mentira! ¡Bastarda hipocresía! El solo mencionar “normal” u “ordinario” en cualquier aspecto referido a ella no es más que l muestra de incongruencia, estupidez y “prejuciosidad”

Extraordinaria es uno de los muchos adjetivos que se me ocurren para describirla. Hace mucho que la conozco, y durante mucho tiempo estuve entre ese grupo de ignorantes al considerarla como una chica normal. Hasta qué me molesté en conocerla de verdad. Mis ojos se abrieron a la luz y pude ver quien era ella en realidad… la luz de su semblante, la dulzura de tu trato, la complejidad de su mente, la sencillez de su pensar, la capacidad que tiene de elevarte, de iluminar tu vida. Dicen que un buen amigo es aquel que hace que seas mejor persona después de conocerlo. Bien pues entonces ella es de las mejores amigas que cualquier persona podría desear.

Gracias, por estar ahí, por ponerme siempre los pies en la tierra, por cabrearte cuando te despierto con mis mensajes matutinos. Por dejarme diagnosticarte por la descripción de tus esputos. Gracias por dejarme llamarte por tu apellido. Gracias por no regalarme una pulsera y por robarme el violín. Gracias por recoger los pedazos de mi corazón. Gracias por aguantarme, a mí y a mis serenatas improvisadas, a mis pisotones, mis vueltas con dificultad. Gracias por obviar mis meteduras de pata. Gracias por dejarme ser Charlie y tenerte como ángel. Gracias, porque gracias a ti, hoy soy mejor persona.

13 de Diciembre… Para algunos esta fecha les sería indiferente, pero no para mí, ¡PORQUE ES TU CUMPLEAÑOS! ¡FELICIDADES MARCOS!

Gracias

29 nov 2010

Our Heart- Epílogo.

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6 semanas después
Me desperté y abrí los ojos lentamente mientras la vista se me aclaraba. Un pitido intermitente y constante golpeaba mis oídos. Mire hacia los lados con cierta dificultad. No tenía ni idea de que hora era ni que día era. Y tampoco tenía ni idea de lo que había hecho. Lo que percibí fue que me encontraba en una habitación de hospital. Me fijé en la mesilla de al lado de la cama. Me llamó la atención un sobre con mí nombre. Lo cogí, y empecé a leer la hoja de su interior:

Estefi:

Por fin te has despertado. Has tardado lo tuyo eh? Bueno, ahora mismo debes estar pensando que narices haces en el hospital… Y antes de que los médicos te enchufen  a tres mil aparatos para hacerte tres mil pruebas quiero explicarte lo que ha pasado.
¿Recuerdas que estábamos en el restaurante y saliste un momento? Bien, pues cuando volvías te desmayaste. Y bueno… Algo pasó con tu corazón… que no funcionaba bien. Te trajeron hasta aquí y te hicieron varias pruebas y descubrieron lo que pasaba. Tu corazón se estaba cansando de latir y poco a poco se estaba parando. Así que teníamos que buscarte un corazón nuevo, pero ninguno te servía. Sin un corazón para el trasplante, los médicos no podían hacer nada… Y yo no podía quedarme mirando como morías lentamente…

Al lado de la carta había una caja. Cógela y ábrela… La noche del restaurante te iba a dar ese anillo, y te iba a pedir que te casases conmigo… Me iba a poner de rodillas y te iba a pedir que fueses mi compañera por esta vida y por toda la eternidad, quería que lo nuestro  fuese para siempre… Quería que nada nos separase…

¿Te acuerdas aquella tarde de Julio en la que me pediste un corazón? Aquel arito de plástico que tienes en la muñeca. Míralo…No está ¿verdad? Ahora coloca la mano sobre tu pecho. ¿Sientes ese palpitar? ¿Sientes esa calidez que no habías sentido hasta ahora? Ahí tienes el corazón que me pediste... Ahora yo soy parte de ti, y tú eres parte de mí. Ahora estaremos juntos para siempre. Puede que no esté a tu lado físicamente como antes. Puede que mi cuerpo yazca sin vida, pero nada puede romper el amor que yo siento por ti, ni siquiera la muerte. Y si alguna vez quieres saber de mi, solo escucha tu corazón, porque yo siempre voy a estar a tu lado, voy a acompañarte y jamás dejaré que nada ni nadie te cause daño. Solo tienes que cerrar los ojos, parar un momento, dejar el mundo atrás y escuchar a tu corazón, sentir esa calidez. Allá donde tú vayas iré yo, allá donde tú estés estaré yo, e iré delante de ti, y seré tu retaguardia, y estaré en ti, junto a ti, para siempre, porque nada podrá separarnos.

Te amo

- Te amo.- Sobresaltada dejé caer el papel al suelo y busqué el origen de la voz. Al levantar la cabeza descubrí esos ojos verdes que tantas veces me habían cautivado, ese pelo revuelto, esos vaqueros gastados que siempre llevaba… Ahí estaba Alex, de pié apoyado sobre la pared con una camisa de botones abierta, que dejaba al descubierto su musculoso torso, y en el centro del mismo, una gran cicatriz, sobre la cual reposaba, colgando de una cadena de plata, un pequeño aro de plástico con forma de corazón.

Su cuerpo parecía emanar una luz diáfana y genuina, una paz suprema, parecía agua cristalina. Empezó a avanzar hacía mi. La calidez de mi pecho aumentaba conforme él se acercaba a mí. Al llegar a los pies de la cama, alargó su mano y rozó mis pies. Su toqué no fue físico, y aunque fue etéreo, era real. Parecía como si pudiese sentir el roce de la luz. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, y la calidez de mi pecho aumentó considerablemente. Su toque siguió recorriendo mi pierna con suavidad. Yo alargué mi mano como pude para intentar rozar la suya. El se percató y lentamente acercó su mano a la mía. Su toque fue tan real, que lo pude sentir a mi lado tanto como si pudiese palparlo físicamente.

Con la otra mano siguió recorriendo mi cintura, mi brazo, mi cuello. Acarició mi cabello, mis mejillas. En ese momento sus ojos verdes estaban a tan solo 5 centímetros de mí, y esa luz y paz parecía absorberme. En su cara lucía una sonrisa de felicidad. Una de sus manos estaba entrelazada a la mía, y la otra, descendió hasta situarse en mi pecho, en el foco de esa calidez que se había convertido en fuego. Yo alargué mi mano hasta la cicatriz de su pecho y noté frío. Un frío tan grande como lo era el calor que yo sentía en mi pecho.

Sus labios buscaron los míos. Cerré los ojos y sentí el roce de unos labios incorpóreos, que parecían hechos de luz pura. En ese momento el fuego de mi pecho se convirtió en un incendio, todo mi cuerpo parecía estar rodeado de luz. Sentí como si la calidez de mi pecho buscase el lugar del que había del qué había salido. Alex se acercaba y se acercaba hasta que el punto frío de su cicatriz se sitúo en el punto de calidez de mi pecho.
De pronto esa luz pareció dejar de abrazarme y concentrarse poco a poco en mi pecho. Mi mano se cerró en el aire, una lágrima corrió por mi mejilla y mis labios esbozaron una sonrisa y casí en un susurro y como dirigiéndome a la luz que podía sentir dentro de mi dije:
- Nuestro corazón…         
                   

21 nov 2010

SUEÑOS VS REALIDAD

Los sueños son algo que nos transporta a un mundo de fantasía.
La realidad es algo que nos transporta al mundo real.


Los sueños nacen que veamos la vida como algo maravilloso.
La realidad nos muestra la vida desnuda y sin reparo.

Los sueños son globos que nos llevan a lo más alto.
La realidad es un alfiler que hace estallar globos.

Los sueños encienden la luz y nos ciega con luz innovadora.
La realidad es esa bombilla que alumbra de forma paupérrima.

Los sueños abren las puertas a lugares desconocidos.
La realidad es esa llave que cierra la puerta a cosas que no conocemos

Los sueños corren las cortinas y deja entrar la luz del ingenio
La realidad son esas cortinas que nos hacen ver en oscura reflexión

Los sueños son como ese castillo de arena que por fin terminamos.
La realidad es esa marea que rompe nuestro castillo.

Los sueños son ese cielo de color azul celeste.
La realidad es esa nube que encapota el cielo.

Los sueños son de azúcar.
La realidad es de agua.

Los sueños tienen celos de la realidad porque no son más que imaginaciones.
La realidad tiene celos de los sueños, porque estos algún día la sustituirán.

16 nov 2010

Our Heart-4ª Parte



- ¡NO LA TOQUE!- le grité a un hombre cuando vi que se acercaba a ella. Posiblemente no me entendió, pero mi cara de angustia y desesperación lo dijo todo. Me acerqué a ella y estaba inconsciente, no sabía qué hacer, estaba desesperado. Me quedé allí arrodillado, esperando que despertase. El hombre que había intentado ayudarla me dijo que era médico o eso pude entender. Yo asentí ya que no fui capaz de articular palabra alguna, conteniendo las lágrimas mientras no me separaba de ella.

El hombre le tomo el pulso, le limpió la herida de la cabeza e hizo un par de llamadas. En dos minutos entraron por la puerta los paramédicos, que la subieron a una camilla y la metieron en la ambulancia. Me negué a separarme de ella así que no tuvieron más opción que dejarme ir con ella en la ambulancia.
Cuando nos subimos en la ambulancia, los paramédicos empezaron a sacar tubos y utensilios que no tenía ni idea de para que servían. La entubaron y le tomaron una vía. No tenía ni idea de para que hacían todo eso, pero me parecía exagerado para un simple golpe. Cada vez estaba más nervioso, hasta que no me aguanté. No soportaba ver a Estefi así y no poder hacer nada. Una lágrima rodó por mi mejilla

Al fin llegamos al hospital. Sacaron a Estefi de la ambulancia y los seguí. Pero pronto me cortaron el paso al intentar cruzar con ellos la puerta de una pequeña sala. Estefi había cruzado la puerta y yo no sabía nada de ella. Y no me gustaba, apenas podía contener las lágrimas, y me quedé de pie delante de esa puerta, como un ser sin vida esperando que alguien saliese a informarme que pasaba con Estefi por lo que a mí me parecieron horas.

“Yo también quiero que me des un corazón” es lo primero que me dijo cuando nos conocimos  hacía cuatro meses. Todavía recuerdo aquel primer día, aquella mirada que me dejo helado, aquella tez al cálido Sol de finales de Julio. Habíamos coincidido en un viaje a Valencia pero apenas hablamos los dos primeros días. Al tercer día, estaba jugando con el aro del tapón de una botella, he hice un corazón con él, y ella estaba delante, aquella chica que me había impactado desde el primer momento en que la vi, y que ni siquiera sabía cómo se llamaba. Pero daba igual, ella tampoco sabía mi nombre. No sé lo que estaba pasando por su mente en el momento que me pidió un corazón, pero cogí el aro de plástico y se lo entregué con una sonrisa. Se lo entregué delante de todo el mundo, lo que causó que se ruborizase. Yo no me había dado cuenta de que todos nos estaban mirando, para mí ahora solo existía ella. Aquella chica de nombre desconocido que estaba delante de mí con un pequeño corazón en las manos y la cara ruborizada y su pequeña sonrisa en sus labios.

-¿Alexander?- llamó una voz que me sacó de mis recuerdos. Levanté la cabeza dejando a la vista mi cara demacrada por la tristeza y preocupación.
-¿Sí?- contesté.

-Venía usted con la señorita Estefanía Tranchina ¿Cierto?
- ¡Sí! ¿Qué le pasa, como está? ¿El golpe que se dio fue muy grave?
- El golpe de la cabeza no ha causado daño alguno en la paciente. Pero la causa de su desmayo fue un fallo cardiaco. La paciente presenta una cardiopatía congénita. Actualmente está estable pero no podemos asegurar nada hasta que no terminemos de hacerle las pruebas.

El alma se me cayó a los pies. No era un golpe.  Su corazón fallaba. Las lágrimas empezaban a rodar por mis mejillas mientras volvía a mi asiento, y le imploraba a Dios por el bien de Estefi. Si su corazón fallaba, todo fallaba. ¿Por qué pasaba esto? ¿Por qué justo ahora? No podía imaginar un mundo en el que Estefi no existiese. Yo sin ella no podía vivir. Era parte de mí. Si esa parte de mi moría, yo moriría con ella.

“¿Qué te parece si quedamos un día?”.

“Claro, pasaremos un buen rato”.  Respondí intentado ser casual, pero me moría de ganas de volver a verla. Una semana después de volver de Valencia, quedamos para tomar algo en una cafetería. Aquella tarde estaba preciosa, me enamoró. Todo lo que había sentido, ese cosquilleo, esa sonrisa que hacía sin darme cuenta cada vez que la veía… Todas esas pequeñas cosas de repente tomaron forma y se condensaron en una pequeña palabra de cuatro letras, “Amor”.  Me di cuenta en ese momento de que ella era la mujer de mi vida, y que no iba a dejarla marchar. Por suerte para mí ella tampoco parecía querer hacerlo. Por fin la vida se portaba bien conmigo. Aquella tarde hablamos de cosas triviales: la carrera, los amigos, el viaje, los planes de futuro. Pero, mientras nuestras bocas decían incoherencias, nuestros ojos decían otra cosa. Esos preciosos ojos marrones me consumían el alma, me ahogaba en ellos, parecían decirme “Te amo”. No paraba de mirarle a los ojos mientras mi boca balbuceaba cosas sin sentido, mi cerebro estaba demasiado ocupado en la imagen de aquel ángel que estaba a mi lado como para ocuparse del habla.

Después de salir de aquella cafetería fuimos a un parque. Por el camino encontré una floristería y quería comprar una rosa. Lamentablemente solo tenían lirios. Las rosas se habían agotado. Así que le pedí un lirio a la dependienta y se lo regalé a Estefi.

“¡Los lirios son mis flores favoritas!” dijo abrazándome, tras lo cual se separó rápidamente ruborizada

- Alexander, venga un momento- el doctor había vuelto con noticias después de segundos, minutos u horas, quizás días. No podría decir cuánto tiempo.- Ya tenemos los resultados de las pruebas. Hemos encontrado tejido cardiaco necrosado en la paciente. Esto significa que su corazón se está muriendo. Es decir, poco a poco, el corazón dejará de latir y de bombear sang…

- ¡NO! ¡NO PUEDE SER! ¿NO PUEDEN HACER NADA?- mi cuerpo entero temblaba, no sabía qué hacer. Parecía que era mi corazón el que iba a dejar de latir. No podía ser. Gritaba de dolor y de impotencia. Mi garganta se rasgaba, mientras por mis mejillas rodaban lágrimas-¿NO PUEDEN HACER NADA PARA DETENER LA NECROSIS?
- Lo siento muchísimo. La única opción de salvarla sería realizar un trasplante de miocardio.
- ¿Y A QUÉ ESPERA? ¡HÁGALO!
- Comprendo que es difícil para usted, pero no disponemos de ningún órgano apto para el trasplante. No existe histocompatibilidad entre el donante y la paciente. Sin el trasplante, a la paciente le quedan unas 24 horas de vida

Toda la rabia y los gritos desaparecieron. De repente, empecé a encoger. La habitación se hizo inmensa, el corazón me dejó de latir. Los pulmones dejaron de darme aliento. Mis piernas no me sostuvieron. Caí de rodillas en el suelo. Mis brazos colgaban inertes, era incapaz de moverlos. La cabeza me cayó hacía delante. Los ojos se quedaron mirando al suelo, que parecía alejarse. De repente me encontré rodeado de oscuridad. Intente tomar aliento pero no pude…Las lagrimas rodaron por mis mejillas y el llanto y la tristeza se apoderaron de mi. Mi rostro estaba apagado, con una mueca de dolor y angustia inconsolable…

Después de darle el lirio llegamos al parque. El Sol se estaba poniendo, y nos sentamos en el césped a ver el ocaso. Yo no hacía más que mirarla a ella de reojo, y por lo visto ella a mí también ya que cruzamos más de una mirada, pero ella giraba la cabeza rápidamente y se sonrojaba.

No se cuanto tiempo pasó después de que la oscuridad desapareció, aunque a mí me pareció una eternidad y las lágrimas seguían rodando por mis mejillas… De repente mis piernas me volvieron a responder y me puse de pie. Mi rostro desfigurado por el dolor ahora no mostraba ninguna expresión, y mis ojos antes verdes, ahora estaban apagados y parecían haber tomado una tonalidad gris.

“¿Sabes qué?- le dije- eres una de las personas más especiales que he conocido en mi vida, nunca me había sentido tan…tan… no sé, tan bien en compañía de alguien. En serio. ¡Siempre sabes sacarme una sonrisa!

Avance hacia delante recordando aquella tarde, y entre en la sala donde se encontraba Estefi, apenas pude reconocerla entre tantos tubos y cables que la mantenía con vida. Vi su cara. Y parecía estar plácidamente dormida.  Me acerqué y me senté a su lado, observándola. El sonido del electrocardiógrafo parecía ser cada vez más lento, como si su corazón se estuviese agotando

“Y tú siempre consigues sonrojarme, seguro que estoy roja como un tomate”- respondió avergonzada

Me quedé allí un buen rato. En la mesa de al lado de la cama había un lápiz y un papel. Empecé a escribir y lo deje en la mesilla junto a una pequeña caja:
- Todo saldrá bien, no te preocupes, yo me encargaré personalmente.- le dije mientras le sostenía la mano, aunque sabía que no me escuchaba.

“Estás preciosa…” me acerqué a ella y le dije “Te quiero” Y entonces nos besamos, puse mi mano sobre su cintura y ella las suyas sobre mi cuello. Sus labios… Sus labios eran tan dulces como las nubes blancas de un cielo azul eléctrico. Eran como el agua cristalina de un pequeño arroyo. Eran como un fuego inextinguible. Me quemaban el alma. Eran como una tarde fresca de otoño, refrescaban y revivían mi alma abatida. Hacía que me sintiese vivo de nuevo, hacían que me sintiese débil, hacían que me sintiese atrapado por ellos.
Estefi se separó de mí suavemente, me rozó los labios de nuevo y nos quedamos mirándonos fijamente. Entonces de repente levanto ligeramente su mano y la puso entre nosotros. La manga de su blusa cayó dejando al descubierto una pulsera con un aro de plástico en forma de corazón”

Levanté ligeramente su mano, y descubrí en su muñeca, una pulsera con un aro de plástico en forma de corazón: el corazón que le había regalado, nuestro corazón.

“El corazón que me regalaste” dijo con una sonrisa “nuestro corazón.”
“Nuestro corazón” admití. Levante mi mano y entrelazamos nuestros dedos. Entonces me volvió a besar, en el momento que el Sol terminaba de ponerse.

Le solté la mano. Le besé en la frente. Y me dirigí hacia la puerta. Me di la vuelta para verla por última vez:

-Nuestro corazón….

7 nov 2010

Our Heart-3ª Parte

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- ¡Alex! ¡Vamos!- me dijo Estefi mientras yo trataba de despejarme- ¡Vamos!- Me levanté, cogí las llaves del coche y bajé junto a ella hacia el aparcamiento. Cogimos el coche y estaba lloviendo, aparte de que se había hecho de noche y no se veía mucho. A los pocos minutos de salir ya nos encontrábamos en la carretera secundaria, y de repente vi acercarse hacia nosotros una luz. Escuché un claxon, y dos segundos después un estallido. Lo siguiente que oí fue un pitido agudo en mis oídos, un líquido caliente que descendía por el lateral de mi cabeza y un dolor agudo en mi pierna. La miré y observé que tenía clavado en el muslo una barra de metal.  Reprimí un grito de dolor, y mire hacia Estefi. Desearía no haberlo hecho ya que lo que descubrí me destrozó el alma. Estaba inconsciente y con su cara ensangrentada. Su bella tez ahora estaba salpicada de un líquido escarlata y su brazo no tenía una muy buena posición. Sus piernas estaban prácticamente aplastadas por la carrocería. La llame desesperadamente por su nombre mientras retorcía la pierna, lo que me causaba un dolor terrible, por intentar liberarla del metal.
De pronto abrí los ojos y me encontré tumbado en la cama con el cuerpo lleno de sudor y lagrimas en los ojos. Me levanté rápidamente tropezando con mis propios pies y fui a la habitación de Estefi para comprobar que se encontraba bien. Mi angustia desapareció al comprobar que estaba plácidamente dormida en su cama, con sus sonrosadas mejillas y una leve sonrisa en sus labios. Me quedé observándola un rato. No podía evitar que me hipnotizase de esa forma. Ya ni recordaba esa pesadilla. Al mirarla el mundo se redujo a ella. Tras unos minutos dejé la habitación. Fui al baño y tome una ducha, me afeité y me puse el traje que había traído.  Eran las cuatro de la tarde y había reservado una mesa para las seis en el restaurante más lujoso de la ciudad.
Cuando terminé descubrí que la persona más importante de mi vida seguía plácidamente  durmida en su cama. Me acerqué y le bese en la frente:
- Arriba dormilona- le susurré al oído.
- uhm… Hola- dijo con voz soñolienta, mientras se estiraba para besarme. Le devolví el beso con ternura. Mientras la besaba pase un brazo por debajo de sus hombros y el otro por debajo de las rodillas y la levanté de golpe:
-¡Alex!- exclamó sobresaltada mientras separaba sus labios de los míos.
- ¿Qué?- pregunté con un ceja encarnada y una sonrisa torcida- Era la única forma de levantarte. Se rió y me volvió a besar mientras sus brazos se enredaban en mi cuello, acariciándolo, que hacía que cada fibra de mi cuerpo se estremeciera.
- Princesa- die tras ese largo beso- Prepárate vamos.
- Primero tendrás que bajarme, ¿no?
-Cierto-admití mientras me sonreía. La bajé. Puso sus manos sobre mi pecho y me dijo “Te amo”. Se puso de puntillas y rozó mis labios con los suyos, tras lo cual se fue rápidamente al baño. Yo me quedé paralizado en la habitación y me limité a observar cómo iba casi danzando hacia el cuarto de baño.
Tenía bastante tiempo hasta que Estefi se preparase así que fui a probar aquellos sofás que me habían parecido tan cómodos al entrar. Me senté en uno y vi que había una mesilla con un cubo de Rubik. Hacía tiempo que no veía uno. No tenía nada que hacer, así que lo cogí y me propuse armarlo por una vez en la vida. Solo tardé unos minutos en averiguar la mecánica del rompecabezas y no me costó mucho armarlo. Lo monté y desmonté repetidas veces hasta hacerlo de forma casi automática, hundiéndome en mis pensamientos.
Pero por fin Estefi salió por fin sacándome de ese estupor en el que me encontraba. Aunque me hizo entrar en otro. Lo que vi me trasportó al cielo. Estefi estaba preciosa, radiante, espectacular. No se ha inventado adjetivo alguno que pueda describir a la mujer que tenía ante mis ojos. Llevaba un vestido de noche sencillo, modesto, sin muchas complicaciones. Aquella sencillez que emanaba era lo que la hacía tan especial y hermosa, y hacía que ser una divinidad pareciera fácil.
-Bueno ¿Qué te parece?- dijo con una enorme sonrisa en la cara y flexionando una pierna hacia atrás. Yo sacudí la cabeza y cerré la boca, que había abierto sin darme cuenta.
- No hay palabras para definir lo bella que estás- dije acercándome a ella. La tome por la cintura y la atraje hacia mí. Sus tacones de aguja de 10 cm, la situaban prácticamente a mi altura, cosa que no me gustaba ya que me encantaba que se pusiese de puntillas para besarme. Aún así nos miramos el uno al otro, a la misma altura, y nos fuimos acercando poco a poco, hasta prácticamente estar pegados. Ella levanto su mano y acarició suavemente mi rostro.
-Gracias – dijo con su pequeña sonrisa en los labios- gracias por estar siempre ahí Alex, y por haberme secuestrado- admitió sonronjada.
Bueno- admití con una carcajada-, reconozco que la forma en la que te recogí fue poco ortodoxa…Peor nada de lo que hago lo es.
-En eso tienes razón y por eso te quiero…- y me besó. Le devolví el beso y le trasmití todo el amor que sentía por ella en él. La amaba con todo mi corazón, alma, mente y fuerza. Ella se había convertido en parte de mí. Si ella no existiese yo tampoco podría exisitir.
-Well Princess!- dije separándome suavemente de ella- tenemos una reserva y no quiero perderla.
Estefi soltó un gritito, me volvió a besar y fuimos hacia la puerta. Bajamos hasta el parking y cogimos el coche. Ya era de noche y estaba algo oscuro. Puse la capota porque hacía algo de frío y empezaban a caer unas gotas. A los pocos minutos de salir ya nos encontrábamos en la carretera secundaria hacia nuestro destino. Esto ya lo había vivido y no me gustaba el final así que fui con sumo cuidado,  con el corazón en un puño, esperando no ver una luz dirigiéndose hacia nosotros. El sueño que había tenido había sido tan real y me había asustado de tal manera, que realmente creía que se podía hacer realidad, así que me repetí una y otra vez a mi mismo que solo había sido un sueño. Entonces Estefi me habló con esa preciosa melodía que tiene por voz:
- Alex… ¡Dime que vamos a hacer mañana!- dijo pícaramente con su preciosa sonrisa-. Está claro que si me has hecho vestirme así, y tenemos una reserva, como has dicho antes, vamos a un restaurante o algo así…
- Muy suspicaz- dije entre risas- A ver si eres capaz de adivinar lo que vamos a hacer mañana.
Necesitaba despejar mi mente y llegar lo antes posible al restaurante. Pero su preciosa voz, esa dulzura que emanaba con cada silaba me relajaban y me hacían pensar que todo iba bien. Así que poco a poco me fui relajando.
- Mmm. ¿Qué ponía en la lista de vestuario?- Por la mañana le había dado una lista en la que le decía el tipo de ropa que debía llevar, adecuado a cada actividad que realizásemos, y en la Suite el hotel se habían encargado de llenar el armario con varios modelos de cada tipo de ropa.
- Si no recuerdo mal ponía ropa casual, eso sí, abrigada.
- ¡AAAH!, ¡¿A dónde me vas a llevar mañana?!- me pregunto casi suplicando.
- Surprise baby!- dije con una sonrisa de satisfacción en la cara, mientras ella tenía un gesto de frustración.
Justo en ese momento llegamos al restaurante. Me baje del coche, y fui a abrirle la puerta a Estefi. Le ofrecí mi mano y le ayude a salir. Le facilité mis llaves al aparcacoches y fuimos cogidos del brazo hacia el interior. Al entrar le di mi nombre al amable caballero de la entrada, que nos acompañó hasta nuestra mesa, la número veintitrés. Nos sentamos e hicimos nuestro pedido.
- Alex, ahora vengo voy al servicio.
- No tardes, que ya te estoy echando de menos- admití guiñándole un ojo.
Se sonrojo, me dedico su sonrisa y se dio la vuelta. La observé mientras se alejaba. Yo con mi mano en el bolsillo, jugaba con la pequeña caja en la que se encontraba el anillo. Tenía que hacerlo bien, ya que esta noche no la iba a olvidar nunca.
“Bien los del restaurante no se han olvidado de poner los lirios” pensé. Mientras seguía repasando el guión mental en mi cabeza de lo que iba a ser la noche perfecta escuché el sonido de la porcelana rompiéndose y levanté la cabeza sobresaltado. Busqué el origen del ruido y vi a Estefi tirada en el suelo, con un hilo de sangre descendiendo por su cabeza e inmóvil en el suelo. Corrí hacia ella gritando su nombre y tirando un par de sillas a mi paso. El restaurante que se había quedado en silencio de repente se convirtió en un caos.  

3 nov 2010

Our Heart-2ª Parte

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Entramos a la Suite y Estefi por fin se había callado. Sus frases incoherentes se habían transformado en una sonrisa de oreja a oreja. Parecía una niña tímida a las puertas de Disneyland. Nada más cruzar la puerta soltó el pequeño bolso en una mesilla que había en la entrada y avanzó al ático de 200 metros cuadrados que conformaba la Suite. Pasamos la pequeña entradita, y accedimos a una estancia con dos sofás enormes que parecían bastante cómodos y que Estefi comprobó rápidamente al correr para sentarse en ellos. Tras esa primera estancia, la Suite contaba con dos habitaciones de matrimonio, tres baños, uno de ellos con un gran jacuzzi y una terraza con unas preciosas vistas hacia los Alpes, aparte de dos o tres habitaciones que no estoy muy seguro para que servían. Yo estaba demasiado cansado como para ponerme a descubrirlas, así que fui en busca de mi cama para tumbarme en ella y dormir un par de horas. Estefi seguía danzando por la Suite mientras me dirigía a la cama, así que cuando se cruzó conmigo mientras aún estaba sin palabras, abracé su cintura por detrás, y la acerqué a mí. Le coloqué el pelo detrás de la oreja y le bese en la mejilla.
- ¿Qué te parece?- le susurré al oído.
- Me encanta- susurró mientras giraba sobre si misma para quedarse mirándome a los ojos.
Estábamos a unos escasos cinco centímetros el uno del otro, mientras mis brazos la asían con ternura por su cintura y sus manos jugaban con mi pelo despeinado. Mientras nos encontrábamos así clave mis ojos en los suyos, y me hundí en esos preciosos ojos marrones, mientras ella hacía lo mismo en mis ojos verdes. La distancia entre nosotros se fue reduciendo hasta que sus labios rozaron los míos y nos fusionamos en un beso. Sus labios eran tan dulces como la miel y hacían que me sintiese vivo. La amaba y ella me amaba. Lo veía en cada abrazo, cada beso, cada caricia, cada gesto. Ella estaba hecha para mí. Ella tenía la llave de mi corazón y se había hecho con él, y nada ni nadie cambiarían eso, ni siquiera el tiempo, ni siquiera la muerte.
- Te amo - dijo jugando con un mechón de mi pelo, mientras una de mis manos se deslizaba por su mejilla acariciándola con ternura. Nos quedamos así un momento, enfrascados el uno en el otro, diciéndolo todo con la mirada. 
- Vamos, necesitas descansar- le recordé mientras le volvía a acariciar. Me respondió con un beso y fue al baño a asearse. Le deje intimidad y fui directo a la cama. Necesitaba dormir, aunque me parecía que ya estaba en un sueño. Un sueño del cual no quería despertar. Me acosté sin quitarme la ropa y simplemente cerré los ojos.

26 oct 2010

Our Heart-1ª Parte


El Sol ya empezaba a salir, y yo continuaba corriendo en mi Mercedes SLR descapotable por las increíbles carreteras convencionales suizas con los Alpes delante, mientras a mi lado se había quedado dormida la mujer más maravillosa que he conocido en mi vida. Llevaba un fino y sencillo, aunque precioso vestido de un estampado liso, y un mechón de su precioso y sedoso pelo castaño era agitado por el viento. Con suavidad cogí el mechón y se lo puse detrás de la oreja, y me detuve para observar sus facciones. Sus encantadoras mejillas sonrosadas, su preciosa nariz, su sedoso pelo. Todo en ella parecía ser perfecto y le rodeaba un halo que me hacía imposible dejar de observarla y maravillarme. Maravillarme de lo que sentía por ella, y maravillarme de que ella sintiese lo mismo por mí.
Sacudí la cabeza, y devolví la vista a la carretera. No quería que nuestro viaje acabase en un hospital. Este viaje iba a ser perfecto, y nada ni nadie iba a estropear estas vacaciones. Nos esperaba  la suite del hotel más exclusivo de Suiza, y le había preparado a Estefi la mejor semana de su vida.
No pude evitar volver a mirarla, y me di cuenta de que tenía los ojos abiertos y me estaba mirando.
-Alex-dijo con ternura mientras sus labios esbozaban una sonrisa.
-Buenos días.- Le respondí devolviendole la sonrisa- ¿Cómo has dormido?
-Bueno…Teniendo en cuenta que me secuestraste y me sacaste de casa a las 5 de la mañana, pues no muy bien- me replicó, mientras intentaba hacerme creer que estaba enfadada.
No pude evitar soltar una carcajada, y ella se unió a mí con su peculiar risa característica. Aun cuando quería aparentar enfado, sus profundos y bellos ojos castaños me decían que estaba casi tan feliz como yo.  Una sonrisa en sus preciosos labios hizo que se esbozara otra en los míos, y proseguimos el viaje.
Pronto llegamos al Hotel, y Estefi, antes adormilada parecía haberse despertado de repente. No cabía en sí del asombro y no paraba de soltar comentarios como “Alex, ¿Esto es una broma?” O ¡Estás loco!”, a los cuales solo respondí con mi sonrisa pícara. Dejamos nuestras maletas  y me acerqué a la recepción mientras el ángel que tenía de acompañante seguía soltando comentarios a los que hacía caso omiso. Le di los datos mi reserva al recepcionista, el cual me facilito las llaves de la Suite. Por fin estaba con Estefi. Por fin, después de tanto tiempo, por fin estaba a las puertas de una nueva época. Solo necesitaba dar el paso.

4 oct 2010

Cita en la Morgue

Mi nombre es Gregory W Phelps y soy médico, especializado en medicina forense.
Todas las mañanas esa bendita luz me deslumbra hasta cegarme, escucho una voz suave y apacible que me penetra hasta el alma misma y hace que cada fibra de mi cuerpo se estremezca y empiece a temblar y percibo ese aroma a rosas que parte mi alma y embriaga mi mente transportándola a otra dimensión. Cada mañana me cruzo con ese ángel hecho mujer, o con esa mujer convertida en divinidad que dice casi cantando "Buenos días, vecino" con una sonrisa en la cara y me cautiva en su mirada que es como una cárcel teniendo esas preciosas pestañas por barrotes.
Siempre quedo embriagado por su simple presencia, y no puedo hacer más que responder con un cortés pero insuficiente "Hola,¿que tal?", esbozando en mi rostro la mueca más cercana a una sonrisa que puedo conseguir. Nunca tuve el valor de decirle "Un día podemos ir a tomar algo" o algo así... Pero hoy 04/10/2010 fue diferente. Al salir del edificio tras un amable "Hasta luego", ella fue hacia el paso de peatones para cruzar la avenida como de costumbre, y yo me quede observándola en vez de ir al coche para tomar mi dirección hacia la morgue como solía hacer. Entonces pensé, la invitaré a cenar, ambos tenemos la noche libre, no hay problema. Me acerqué con paso decidido. Ya estaba a tan solo dos metros de ella cuando su bolso se deslizo de entre sus dedos que lucían un precioso anillo con un pequeño diamante. Y cuando se agacho para recogerlo oí la bocina de un automóvil que se acercaba a una velocidad vertiginosa hacia la aun de cuclillas Jessi, cuya cara risueña se había convertido en una desfigurada mueca de terror, que aún esas circunstancias seguía fascinándome a causa de su hermosura. Me sobrepuse a mi mismo y corrí hacia ella tanto como mis piernas me lo podían permitir mientras mi garganta se desgarraba gritando su nombre. Logré asirla del brazo y tirar de ella hacia mí apartándola de la trayectoria del automóvil justo dos segundos antes de que este pasara. 
Unos pocos segundos más tarde me di cuenta de que ella estaba abrazada a mi, e hiperventilaba. Sobreponiéndome a mi mismo como pude y deshaciendo suavemente el abrazo que, inconscientemente yo también había hecho (aunque ella no quiso soltarme), revise su pulso, sus pupilas, y la lleve conmigo al hospital, se encontraba en estado de shock. Allí comprobé todas sus constantes vitales y constaté que se encontraba bien, aunque le recomendé que se quedase en casa y no fuese a trabajar. La llevé hasta su domicilio y le dije que descansará y no se preocupara de nada, que esta noche yo prepararía su cena. Ella casi impotente y aún superando lo que solo quedó en un susto, solo pudo resignarse y asentir levemente con la cabeza. Tras llevarla a su casa llamé a la morgue y expliqué la causa de mi ausencia.
Afortunadamente, la cita en mi casa sustituyo a lo que habría sido una "Cita en la Morgue"



Mi nombre es Gregory W Phelps y soy médico, especializado en medicina forense.


Todas las mañanas esa bendita luz me deslumbra hasta cegarme, escucho una voz suave y apacible que me penetra hasta el alma misma y hace que cada fibra de mi cuerpo se estremezca y empiece a temblar y percibo ese aroma a rosas que parte mi alma y embriaga mi mente transportándola a otra dimensión. Cada mañana me cruzo con ese ángel hecho mujer, o con esa mujer convertida en divinidad que dice casi cantando "Buenos días, vecino" con una sonrisa en la cara y me cautiva en su mirada que es como una cárcel teniendo esas preciosas pestañas por barrotes.
Siempre quedo embriagado por su simple presencia, y no puedo hacer más que responder con un cortés pero insuficiente "Hola,¿que tal?", esbozando en mi rostro la mueca más cercana a una sonrisa que puedo conseguir. Nunca tuve el valor de decirle "Un día podemos ir al coche para tomar algo" o algo así... Y hoy 04/10/2010 no fue diferente. Al salir del edificio tras un amable "Hasta luego", ella fue hacia el paso de peatones para cruzar la avenida como de costumbre, y yo me quede observándola en vez de tomar mi dirección hacia la morgue como solía hacer. Entonces pensé, la invitaré a cenar, ambos tenemos la noche libre, no hay problema. Tras dos segundos hice caso omiso a ese pensamiento, y cabizbajo fui hacia mi coche. Justo en el momento que me disponía a subir a mi coche, oí una bocina que sonaba de forma estridente. Me giré y descubrí lo siguiente: por un lado a Jessi acuclillada y paralizada en el paso de peatones con el bolso en la mano, y su cara, normalmente risueña se había convertido en una desfigurada mueca de terror, que aún en esas circunstancias seguía fascinándome a causa de su hermosura. Por otro lado un coche que se acercaba a ella a una velocidad vertiginosa. Me sobrepuse a mi mismo y corrí hacia ella tanto como mis piernas me lo podían permitir mientras mi garganta se desgarraba gritando su nombre. Sabía que era inútil ya que me encontraba a unos 50 metros de ella, pero aun así corrí sin apartar la mirada de ese ángel postrado en el asfalto. Mientras usaba todo el aire de mis pulmones en gritar su nombre, observe con lágrimas en los ojos, como su precioso y frágil cuerpo era golpeado por el coche y lanzado por los aires. El coche siguió su trayecto indiferente a lo que había sucedido. Yo corrí desesperado hacia su cuerpo inmóvil. Aún respiraba y tenía pulso, pero ambos eran muy débiles y perdía mucha sangre. Estaba claro que de dejarla así habría muerto en minutos. Si hubiese llamado una ambulancia solo hubiese servido para transportar su cuerpo sin vida. Así que me apresuré. Llamé al hospital y les dije que preparasen una sala de quirófano y varias bolsas de sangre 0 negativo. La subí a mi coche con ayuda de un hombre y juntos la llevamos al hospital. Durante el camino las lagrimas corrían por mis mejillas y me preguntaba una y otra vez porqué no había seguido ese impulso de ir tras ella y preguntarle si quería cenar conmigo. Si eso hubiese pasado, quizás la habría retenido y ese coche no habría arrollado su cuerpo. 
Cuando llegamos al hospital había todo un equipo esperándonos, pero ya no tenía pulso, así que aplicamos rápidamente un masaje cardíaco, el cual fue ineficaz. Probamos con el DESA o desfribilador, pero tampoco funcionó. Su cuerpo yacía sin vida en una sala del hospital, mientras mi corazón seguía compungido, y mi mente atormentada por la idea de que ella estaba muerta por mi culpa. Mi dolor es tan amargo e intenso, que ni la muerte me libraría de el. Ojala pudiera ser destruido en cuerpo y alma por esta aberración que he cometido.
Si solo hubiese escuchado a esa voz que me dijo invítala a cenar, si me hubiese olvidado por un momento del ruido del mundo, y hubiese hecho lo que sentí que debía hacer....Si hubiera hecho esto, ahora no tendría con ella una "Cita en la Morgue".

23 sept 2010

After the Rain

Después de la lluvia, hay charcos en la carretera y las aceras están mojadas, y huele a tierra húmeda. Vemos gente que guarda sus paraguas y otra empapada. Vemos neumáticos mojados y oimos el crujir que producen al pisar por el asfalto que ha sido golpeado por gotas de agua cuyos restos yacen en su superficie

Después de la lluvia vemos una brillante hierba verde que rebosa de gotas cristalinas cual collar de perlas en la escalinata marmolea de una dama. Vemos ruiseñores alzando su canto al cielo aún encapotado, ese cielo de un precioso color plomizo atravesado por estoques áureos.

Después de la lluvia vemos un arco de colores primarios surcando el cielo, por el cual numerosas criaturas invisibles a nuestro ojo.

Después de la lluvia....Después de la lluvia viene el Sol, el astro rey refulgiendo en todo su esplendor y gloria nombrándose rey supremo del cielo...






...Aunque a veces, después de la lluvia....hay mas lluvia

15 sept 2010

Esa chica

Bueno, el resultado de la encuesta, con un 66% de los votos ha sido sentimientos personales, así que, aqui esta la entrada:

Esa chica de clase alta...Vive en su mundo de clase alta... Estoy completamente seguro de que ella nunca ha conocido a un chico de los bajos fondos como yo...Y apostaría lo que fuera a que su madre nunca le ha dicho el por qué... Pero me da igual, yo quiero a esa chica de clase alta.. Y ella busca a un chico de centro... Y yo soy un chico de centro...

Y cuando ella, a su tiempo, sepa lo que quiere, y se despierte y se de cuenta.. Entonces vera.. Que no soy tan duro... Y que simplemente...Estoy enamorado de ella, esa chica de clase alta. Pero ella esta cansada de sus juguetes de lujo, y de todos esos regalos y chicos de su mismo estatus...Y aunque parezca que no tiene otra salida..tiene otra opción..

Preciosa,dulce. chica de clase alta.. No tengo los medios, no puedo permitírmelo...No tengo el dinero para comprarte perlas, ni piedras preciosas engarzadas en oro blanco..Pero algún quizás, te des cuenta del tipo de persona que soy, y entonces yo ganaré... porque cuando camina, se le ve tan perfecta e inalcanzable, pero si persevero, algún día, cuando ella este hablando. dirá que es mi chica, con su preciosa sonrisa radiando en su hermosa cara... Esa chica de clase alta..mi chica de clase alta...¿Sabes de quién estoy enamorado? De esa chica de clase alta...Mi chica de clase alta..

12 sept 2010

New Face

En el mundo hay muchos tipos de personas, pero voy a dividir a la población mundial en tres grupos, los que saben contar...y los que no. Como habéis podido comprobar, yo pertenezco al cuarto.

Pero esto no nos incumbe, ya que ese es un tema que tratare en futuras entradas... Ya que la vida no es solo contar. La vida son muchas cosas y ninguna a la vez, y puede variar dependiendo de los ojos que la miren y de quien lo posea. Puede que un terrorista vea la vida como algo sin valor, incluida la suya propia, que puede llegar a sacrificar en pos de privarle a otros de ella. Quizás un químico vea la vida como la mezcla correcta de Carbono, Hidrógeno, Oxigeno, Nitrógeno, Fósforo y Azufre, lo que causa las reacciones químicas necesarias para la autonomía. Un historiador quizás ve la vida como pequeños sucesos cuya existencia y aglutinación forman un suceso mayor, así como los arroyos se unen formando torrentes, llamado Historia. Un médico ve la vida como aquello que debe preservar a toda costa así como versa el Juramento Hipocrático:
A nadie daré una droga mortal aun cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi arte en la inocencia y en la pureza.
Un biólogo puede que vea la vida como resultado de millones de años de evolución y adaptación de el último antepasado común universal o L.U.C.A. (Last Universal Common Ancestor). Un matemático quizas vea la vida como una variable entre millones de una ecuación que hay que solucionar, pero cuya resolución es imposible. Quién sabe si un físico ve la vida como una ínfima deformación del espacio-tiempo dentro de la inmensidad del cosmos o un artista ve la vida como la obra de arte suprema imposible de igualar.

Pero lo importante es,¿Cómo ves la vida tú?


9 sept 2010

BORED

Viendo la gran aceptación de mi primera entrada "BORED" y a petición de los lectores del Blog, entre los que se encuentra "Nadie", he convertido "BORED" en una saga. Así que aqui viene la segunda parte:


Escribe: Guy#1  Escuchando: Jason Marz- I'm Yours

Recientemente he charlado bastante con "Nadie", he de admitir que es un gran amigo y me ha ayudado en los momentos más difíciles de mi vida. El estaba ahí en esos momentos. Todavía lo recuerdo a mi lado cuando fui al baño yo solito... Ayer fue un gran día.. Pero ese es otro tema...

Aquí estamos para que os hable de lo despreciable que es mi vida.... porque sí, es despreciable... En BORED city no hay mucho que hacer.... Este año consigo la titulación de  Graduado en Periodismo y Ciencias de la Comunicación... Pero no me entusiasma... Tengo las mejores notas que podría desear.. pero no me entusiasma.. Tengo el mejor coche que podría desear.. pero sigue sin entusiasmarme.... Ya no salgo con mis amigos y apenas como... Ni siquiera me entusiasman los PLAYOFFS.... 

Lo único que hago es tumbarme en la cama, poner esa maldita canción y pensar en ti.. en ti y en esos maravillosos momentos como cuando compramos un paquete de pipas ¿Te acuerdas? =).. Las pipas estaban caducadas y el hombre de la tienda me cobro 1€ por ellas.... O cuando fui al baño solo.. Ah no! Eso fue con "Nadie". O cuando poniamos la CAM ( no es Caja de Ahorros del Mediterrano es CAM de CAMara) Y bailábamos al ritmo de la música... Bueno yo porque tu nunca escuchabas la música....O cuando comiamos sandwich de mantequilla de cacahuete con mermelada.. espera eso nunca lo hicimos.. Da igual... Estaban buenisimos....

Pero volviendo al tema principal ese es el problema.... Que vivo en el pasado.... Y no, no soy Michael J. Fox.... Aunque a veces desearía serlo.... Desearía que un rayo cayese sobre mi Reloj de la Torre y me permitiese volver al presente, que es donde todo el mundo debería vivir y muy poca gente vive...

Te echo de menos (L)

TEMA DE LA ENTRADA!

Bien, debido a que somos nuevos aquí, queremos saber de que queréis que hablemos. Por ello hemos puesto una encuesta preguntándoos de que queréis que hablemos para así satisfacer vuestras demandas. El día que acabe la encuesta, Guy#1 (un servidor), escribirá una entrada con respecto a la encuesta.
 Muchas Gracias
                  Atnte: Guy#1

7 sept 2010

BORED

Escribe: Guy#1 Escuchando: Michael Bublé-It's Time


Pues sí, bastante aburrido.... y como estoy bastante aburrido, y no quiero ser egoista... voy a escribir algo para "Nadie" tenga algo que leer, fiel seguidor de nuestro blog...


Muchas veces te sientes solo, otros te sientes abrigado por la compañía de tus seres queridos. A veces te desahogas escribiendo en un blog, otras ni tienes tiempo.... A veces... dices muchas veces a veces... y es que con tanto a veces no te paras a ver la vida como debes verla. Y esto realmente ya no tiene ningún sentido, pero a "Nadie" le gustara...


¿Y por qué escribo esto? Porque te echo de menos...A ti precisamente, que no debería echarte de menos, justo a ti, maldito orbe de placer rebosante de pasión. Tu que haces que cada fibra de mi corazón salte de alegría, cuando tu sabor toca mis labios el mundo se para y mis sentidos se dedican enteramente a ti. Y cuando eso ocurre todo da igual.... 


Pero ese es el problema!.. Por qué te tengo que echar de menos a ti, que estas fuera de mi alcance, que es imposible que mis brazos te vuelvan a tener... Y por qué aquella vez que ese sabor toco mis labios.. por qué cuando ese sabor a cereza penetró en lo más profundo de mi ser... simplemente no quería que fuese su sabor, sino el tuyo el que penetrase mi alma hasta dejarme abrazar por tu encanto.. No quería que fuese ella.. quería con todo mi anhelo que fueses Tú!!! y solo Tú!!!..Pero por lo visto.. Tu no quieres volver... Jamás te he vuelto a ver...Desde aquel día....


Y sabes lo peor... que desde que me dejaste, me he repetido una y otra vez que ya no quiero volver a sentir tu sabor en mis labios.. Pero no puedo seguir engañándome....Te necesito.. Te lo digo con la mano en el corazón.. eres la chispa que me da la vida.. sin ti simplemente soy un organismo pluricelular... Uno más en la raza dominante de este planeta... Porque tu compañía haces que yo, un simple humano sin nada extraordinario me convierta en el ser más feliz y me sienta el centro del universo, porque tu eres mi universo... Pero con la misma facilidad que tu compañía hace que cada célula de mi cuerpo se estremezca hasta explotar de júbilo.... con tu ausencia provocas que me hunda en la más profunda de las miserias....que mi cuerpo languidezca y que mis células dejen de vibrar hasta el punto de necropsia en el que causas la muerte de mi corazón convirtiéndome en un mero zombie que va como un autómata de casa al trabajo y del trabajo a casa


Solo puedo decir que me estoy muriendo, y solo tú puedes salvarme....Solo diré, te echo de menos Kool-Aid de Uva!!