6 jul 2011

Conéctate....

...conéctate... Ella se ha conectado. Abres su ventana de conversación, sonries al ver su foto de perfil al lado de la barra de tareas. La abres, y la minimizas. No la quitas del todo, la dejas ahí, a la espera de ver ese circulito verde con un 1 en medio, señal de que esa persona te ha hablado. Esperas, cambias u estado, tu tablón lo actualizas cada dos minutos. Te etiquetas en cinco fotos, te unes a diez páginas y empiezas a ponerle comentarios a todos sin razón, simplemente para que cuando le de a actualizar, te vea. Tus visitas suben como la espuma. Continuas con esos cambios, abandonando a los demás que si se preocupan por ti y tienen tiempo para hablarte. Cierras su ventana, pero buscas su nombre en el chat, observando que sigue ahí. Vuelves a abrir su ventana. Nada. Los demás te siguen hablando, pero no respondes. Es la 1 AM, estás cansado, maana madrugas, pero ella sigue conectado y tu sigues esperando con la triste esperanza de que te hable. Entonces se te ocurre la estupida idea de que quizás se lo ha dejado encendido y no está. Esa idea te acompaña durante los siguientes quince minutos, con cuantro nuevos estados, veinte tablones treinta paginas y trece comentario. Esa idea es lo único que te mantiene despierta.


Actualizas tu página. Ella está la primera, un chico le ha comentado. Un chico mucho más atlético, alto y rubio que tú. Ella le responde. Está, no se lo ha dejado encendido. Está, pero no para ti. Entonces cambias radicalmente de pensamiento:
Desconéctate...Desconéctate...Desconéctate... Y deseas con todas tus fuerzas que se vaya para que dejen de hablar, para que deje de alejarla de ti. Cierras su ventana frustrado, casi con lágrimas en los ojos, pero vuelves a buscar su nombre en el chat. Empiezan a desaparecer nombres de la lista.. desaparece el suyo. Se ha ido... Y de repente... Te arrepientes


(Autor anónimo)

25 abr 2011

Beats

¿Sabes? Cuando quieras hablar conmigo... simplemente cierra los ojos... pon tu mano en la parte donde se aloja el corazón... piensa en mi... y habla conmigo... porque esos latidos... son los de mi corazón ... ¿Entiendes lo que dicen? Escucha atentamente... repiten una y otra vez dos palabras que engloban mis sentimientos hacia ti... ¿lo oyes?
"te amo....te amo....te amo"

23 feb 2011

Cuento de Hadas

Cuando te vas, te llevas mi alma contigo.
Cuando te vas, se oscurece el Sol y parece que deja de brillar
Cuando te vas, caen lágrimas por mis mejillas
Cuando te vas, me tortura tu recuerdo de un pasado feliz
Cuando te vas, el vivir pierde sentido
Cuando te vas, me siento vacio
Cuando te vas, es como romperme por dentro
Cuando te vas, me veo inmerso en la oscuridad

Entonces llegas tú a mi vida, esa princesa de cuento que todos esperaban encontrar, pero que a la vez sabíamos imposible conseguir.
Entonces llegas tú a mi vida, y me devuelves el alma con un roce de tus labios
Entonces llegas tú a mi vida y haces que el Sol brille más y más en el cielo
Entonces llegas tú a mi vida y puedo acariciar tus mejillas sonrosadas
Entonces llegas tú a mi vida y vivo con la esperanza de una eternidad a tu lado
Entonces llegas tú a mi vida y todo me hace sonreír
Entonces llegas tú a mi vida y me llenas de felicidad por dentro
Entonces llegas tú a mi vida y reparas mi corazón
Entonces llegas tú a mi vida y me ofreces tu mano para salir a la luz

Entonces llegas tú a mi vida y…te vas…

3 feb 2011

El tren de las cinco

16.55. Mi larga caminata tambaleante me ha traído a este viejo puente oxidado y abatido por la inclemencia de la meteorología y el tiempo. Cruje debido a los azotes del viento y la lluvia empapa mi ropa y el puente por igual. Empiezo a caminar lentamente arrastrando los pies intentando mantenerme en pie. Tengo la camisa por fuera, rasgada, el pantalón manchado, el cuello de la camisa desdoblado, y la corbata perdida. Mi semblante es oscuro y mi mirada está perdida, como hundida en un punto invisible del horizonte, aunque en realidad miro a mi interior, lo que nadie jamás ha visto. No me molesto en cerrar la boca, la cual dejo entreabierta.

16.56. Las gotas de lluvia se entremezclan con las lágrimas que descienden por mis mejillas entremezclando el brillo de la vida con las sombras demacradas de la muerte en vida. Mis pies se arrastran con dificultad por el suelo mojado cual arrastrando cadenas tan invisibles como irreales para la mayoría. Pero son reales y pesadas como el peso de la tristeza y el desánimo. Doy un trago a la botella que cuelga entre mis dedos y sigo arrastrando pies encadenados.

16.57. De repente las piernas me fallan. Caigo al suelo, pero no me molesto en intentar detener el golpe con los brazos. La botella se fragmenta en mil pedazos, muchos de los cuales impactan contra mi cara, que acto seguido golpea el suelo con fuerza. Oigo un crujido a la vez que siento un dolor punzante en la nariz y un líquido caliente descender por mi cara. Los charcos del suelo se tiñen de rojo y mis lágrimas se tornan carmesí. ¿Dolor? Comparado con el que siento en mi corazón no.

16.58. Me levanto tambaleante y sigo mi marcha hasta llegar a la mitad del puente. En mi boca, un sabor a oxido y a sal. Los labios de arden, la visión se torna borrosa y mis piernas parecen no poder aguantar mi peso. Cada vez las cadenas son más pesadas. Me acosa el recuerdo de su cara ensangrentada, su mano fría, sus parpados caídos, su corazón… sus últimas palabras, pronunciando mi nombre casi sin aliento. Maldigo mi existencia una y otra vez por lo que hice esa noche.

16.59. Me apoyo en uno de los pilares del puente. Tomo aire y con dificultad me encaramo a la barandilla del mismo. El viento golpea mi cara y me hace abrir los ojos. Golpean las lágrimas la lluvia y mi sangre. Su sangre clama desde la tierra contra mí. No tenía que habérmela llevado. No tenía que haber salido con ella aquella noche. No tenía que haber cogido aquella carretera… no tenía que haber entrado en su vida. Ella no me tenía que haber conocido. Hubiese conocido a otro chico mejor, uno que no hubiese puesto en peligro su vida. Pero todo eso ya da igual. De repente oigo un silbato, el viento deja de golpearme y me acaricia. Las nubes se abren para dejar pasar un rayo de sol que ilumina mi cara. Poco a poco el dolor desaparece. Una sonrisa pícara ilumina mi cara. Doy un paso hacia delante. Vuelvo a oír el silbato. Parece como si el tiempo pasase mucho más lento. Dos gotas de sangre caen lentamente desde mi cara hasta las vías del tren. Oigo como salpican los oxidados raíles. Levanto la cabeza, cierro los ojos y vuelvo a sonreir. Doy otro pequeño paso al frente.

17.00 Salto.

1 ene 2011

Clouds

-¿Qué te pasa?- Le pregunté preocupado
- No sé, llevo toda la mañana rarísima
-Y, ¿qué hago para hacerte sentir mejor?
- Seguir hablando conmigo.
- Bueno vale. Yo que con la excusa quería conseguir un abrazo tuyo…
- Los abrazos hacen mucho bien... ¿me das un abrazo?- susurró tímidamente- Me da vergüenza pensar que me abrazas. Bueno, -dijo suspirando- se acabó el estar en las nubes. Ya podemos seguir hablando.
- Pero yo no quiero bajar de las nubes
- Yo tampoco, estoy muy bien en ellas…. Pero..¿en qué nube estás tú?
- Pues si te estoy abrazando…
- Sí, pero esas son mis nubes. ¿También son las tuyas?
- No te voy a estar abrazando desde otra nube.
- Tienes razón- dijo con una risita.
- Pues eso. Solo una cosa,- dije con tono amable- déjame respirar un poquito.
- ¡Ah!- soltó un gritito y rápidamente aflojo el abrazo que había realizado en torno a mí- Perdón. Y perdón si me quedo dormida en tus brazos. Pero es que tengo un pelín de sueño…y estoy muy bien aquí.
- No te preocupes- le dije con una gran sonrisa- Entonces ¿de qué quieres hablar antes de quedarte dormida y tenga que llevarte en brazos hasta tu cama?
- Pues no sé… saca tú algún tema- musitó mientras bostezaba ligeramente
- Uhm… Me gusta tu perfume, huele muy bien
- Es el de Lady Rebel, a mi me encanta. Tú hueles genial….
-  ¿Estás muy cansada? ¿Quieres dormir?
- Aún me queda un poquito de energía para mantenerme despierta, y prefiero estar aquí contigo.
- Si quieres te canto para que te duermas- dije bromeando
- ¿Quieres que me duerma ya? ¿No tienes ganas de hablar?
- Podemos hablar si quieres
- Yo quiero lo que tú quieras
- Entonces te quieres a ti misma- le dije con una sonrisa, a lo que ella respondió con su dulce risa
- Un poquito sí. Solo digo que si quieres hablar, yo también y si quieres cantar para que me duerma, me dormiré.- dijo, tras lo cual no pudo contener un gran bostezo
- Si ya te estás quedando dormida
- Ya… Pero no quiero dormirme, me da vergüenza..
- ¿Y por qué te da vergüenza?
- Pues no sé, pero me da vergüenza pensar que a lo mejor me observarás al dormir…Pero intentaré pensar que no lo harás
- No lo haré si no quieres
- Pero quiero que lo hagas si quieres
- Me encantaría observarte toda mi vida- dije tomándola de la mano
-¡Ah!- grito ella. Yo solté su mano rápidamente, pero con suavidad.
- Perdón si te ha molestado…
- No, solo que tienes las manos calientes….y las mías están heladas.
- Entonces trae, te las calentaré- dije suavemente, tomándole de la mano de nuevo
- A ver si logras descongelarlas… Vaya cómo pasa el tiempo cuando uno está a gusto- dijo tras mirar su reloj.
- Supongo que tendrás que irte- dije deshaciendo el abrazo.
- No, todavía tengo tiempo- dijo confusa, como si no supiese donde colocar su cuerpo, una vez deshecho
el abrazo.
- Vaya….
- ¿Qué pasa?.
- Nada… que hemos deshecho el abrazo… así que...¿ahora qué?
- Ahora se rehace… Si quieres.
- Yo quiero, ¿y tú?
- ¿Por qué te crees que estoy contigo en una nube?
- ¿Porque te gusta estar en las nubes? No sé…
- Ven aquí anda.- dije extendiendo mis brazos hacia ella
- Aish… ale voy, pero esta vez no me chafes como antes-  dijo mientras sus mejillas se tornaban rosadas
- Pero si yo no te he chafado- dije sonriente
- Pues entonces…¿Por qué me faltaba el aire?- preguntó, al mismo tiempo que el rosado se tornaba rojo.
- Será porque te deja sin respiración el verme- bromeé
- Puede que sea eso- suspiró
- Si te molesto me lo dices y me voy
-
no me molestas...y si te vas ya me matas
- Vale, entonces me quedo, no quiero matarte, pero se me ocurre otra forma de matarte
- ¿ Ahora me vas a matar?
- Bueno… acércate.
- Ya…
- Acércate más
- Voy… ya.
- Acércate un poco más- le dije mientras tomé su barbilla con los dedos y la miré a los ojos
- ¿Más? al final no va a haber espacio para acercarme más...- musitó mientras miraba hacia un lado
sonrojada, incapaz de sostenerme la mirada
- De eso se trata… Solo acércate un poco más.
- Creo que ya estoy lo suficientemente cerca… puedo sentir tu respiración sobre mi mejilla…
- Pues mírame entonces
- Si te miro, no será la mejilla la que note tu respiración.
- Por eso
- ¿Y si no la giro?
- No podré matarte
- ¿Y por qué quieres matarme? ¿Cuál es la razón?... Mi mejilla arde a causa de tu respiración- dijo
aunque ardía de lo roja que estaba. Vamos contesta mi pregunta… anda.
- ¿Acaso el amor necesita una razón?
- Buena respuesta, espero que mi respiración no te moleste…- dijo girando la cara… pero sin
mirarme a los ojos, sino un poco más abajo.
- ¿Qué miras?- le pregunté acariciando su mejilla
- Lo que estoy buscando.
- ¿Y lo has encontrado?
- Eso creo- y me besó.

"Guy#1 con la colaboración de Glasses' Girl"